Hoy es el último día de mi vida. Mañana nazco de nuevo.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

¡A celebrar!

Por alguna razón no he podido evitar el impulso de confesar que me encuentro inmensamente feliz. Y la razón no puede ser otra que el hecho de que hoy es hoy. ¡Tiene que ser eso! Hoy es un día cualquiera. ¿Se necesita más para ser feliz? No me han dado un premio, no me han elogiado, no me han acariciado hoy día. Ni siquiera he trabajado hoy. Tampoco he confortado a alguien este día y creo que no voy a hacerlo esta noche. No hay individuo que haya recibido algo de mí en modo alguno. No es mi cumpleaños, ni el de alguien de quien me acuerde. No es un día festivo, ni el aniversario de algo que pueda recordar. Hoy es simplemente hoy, acá. Y más allá, ya es mañana. Pero sigue siendo un día, o una noche para quien lo prefiera, como todos los otros. Así que, ¡A celebrar! Feliz día, o noche, para todos, todas, todes... Para quienes cumplen años, para quienes no, para los que lloran, para las que trabajan, para quienes despiertan o para quienes están durmiendo. Para quienes usen el calendario maya, chino o gregoriano, para los que están a este lado del arroyo o las que están al otro lado, igual da. No deberíamos necesitar más que saber que hoy es hoy para sonreír y tener un motivo de celebración.


© 2010 Ciudadano Universal

domingo, 5 de diciembre de 2010

Caja antropoide

Antes de que se eternice mi letargo he decidido pasar. Simplemente para decir que me pregunto qué tan cómodo será un viaje eterno en una caja antropoide incorruptible, una de sicomoro.
© 2010 Ciudadano Universal